Soy inmortal cuando mi mirada se eleva al cielo y encuentra la esperanza de un nuevo destino.
Soy inmortal cuando mi piel se despoja de la tradición, de la exuberancia y del estereotipo.
Soy inmortal cuando encuentro en el espejo la fuerza de mi mirada.
-Esa que teje en sus lindes, legitimidad en las historias, cantos y derechos-.
Soy Inmortal cuando mi cuerpo es golpeado, tan sólo por la lluvia, como fuente de nueva vida.
Soy eterna cuando mi palabra se enlaza con más almas que creen en mi dignidad y en mi lucha.
Soy inmortal cuando mi espectro es escenario universal de pensamiento y de intelecto.
-Mi espíritu perpetúa el brillo de la luna; ese que abraza mis huesos, haciéndome diosa y
quimera, y a la par, humana e imperfecta.
Soy inmortal cuando mis versos son un acto de vida, cuando la belleza se profundiza en una oda, y lo sublime, es resistencia.
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