Te quiero como el mar quiere a los rios,
como el ave a la rama, como la nube al aire,
y como el cuerpo al alma.
Te quiero como el sol quiere a la luz,
como el fuego a la llama, la lluvia a la tierra,
y el cóndor a la montaña.
Te quiero como el bien quiere a la vida,
como a la fuente el agua, la caricia a la piel,
y a la voz la palabra.
Te quiero como nunca se quisieron
el dolor y la lágrima, la armonía y la música,
la torre y la campana, la rosa y el jardín,
la penumbra y el alba, el verso y el papel.
Te quiero como más no se puede querer,
y aunque el amor muriera,
mi amor, yo te querré.
Para Anamari,
mi dulce destino.
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